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Morillas fue seleccionada por la FIDE (el cuerpo regulador y promotor del ajedrez) para asegurar que el mundial de ajedrez tenia una marca y un lenguaje gráfico a la altura de lo que este título representa para la comunidad del ajedrez.

Tras un mundial suspendido por la COVID-19 y un incremento sin precedentes de practicantes del deporte mental por excelencia, el reto era mayúsculo, ya que el propio ajedrez tiene una tensión entre explotar su vertiente deportiva (a ver cuántas calorías gasta un cerebro enfrentándose contra Carlssen) o su vertiente más intelectual y sofisticada.

El claim

Llegamos a You are your best moves a través de un insight que hermana a profesionales y aficionados: el estudio de otras partidas que realizan los jugadores para prepararse.

Cada jugador anota una jugada tras realizarla por lo que las partidas terminan registradas. Para los grand masters esta disponibilidad de material ajedrecístico es a la vez gloria y derrota, pues ahí se esconde lo que les ha llevado hasta su posición en el ranking ELO pero también la clave para derrotarlos. Porque en definitiva, en cada movimiento está el secreto hacia una personalidad de un jugador, hacia una especie de ADN neuronal, de una forma de razonar, de pensar y reaccionar. La gracia es que este insight ha sido posteriormente comprovado demostrado con inteligencia artificial.

El claim se plantea como reto ante este determinismo: ¿se puede retar las convenciones de estilo como Ian Nepomniachtchi, el candidato al título, o se puede modificar el propio estilo para hacerlo más consistentes como el centauro Magnus Carlssen tras una misteriosa etapa de entrenamiento?

En todo caso, las lecturas desde la dimensión intelectual eran tan obvias como las que eran posibles desde la dimensión deportiva con un lenguaje propio de grandes marcas y eventos: uso de frases tajantes y un copy con vocación de jaque mate.


Design strategy y concepto

Mi participación no se limitó al claim del mundial sino también a la colaboración exhaustiva con los equipos de diseño en su design strategy.

El lenguaje usa la tipografía sofisticada en blanco y negro como tablero sobre el que sucede una partida de trazos dorados: los movimientos que cada jugador ha realizado para llegar a lo más alto del ajedrez mundial.

Todos los mensajes jugaban con la idea del determinismo, del destino escrito y de los movimientos sobre el tablero
También bauticé a Magnus Carlsen como «Unbeaten Champion» i a Ian Nepomniachtchi como «Blazing challenger»